Concepto y marco de la relación médico-paciente
Concepto y marco de la relación
médico-paciente
J. J. Imbernón González I F. Barbudo Antolín
La relación médico-paciente es algo implícito en todo quehacer médico. Para comprender una relación es preciso conocer a las
dos personas y los intercambios producidos entre ellas. La relación médico-paciente, pues, dependerá:
- Del enfermo, su estructura psicológica y la
afección que sufre.
- Del médico, su estructura psicológica y el
objetivo que quiere alcanzar con su tratamiento.
- De las instituciones:
• Primaria: Los familiares que acuden con el
enfermo.
• Secundaria: Incluye desde el equipo de trabajo hasta la macroestructura del servicio nacional de salud.
En la relación médico-paciente entran en juego muchos factores y todos presentan una distorsión subjetiva que se manifiesta, por ejemplo:
el mismo médico, al recibir de la misma manera a dos enfermos diferentes, podrá ser descrito por uno como acogedor y por otro como
frío.
BAUNT ha demostrado que «cada médico crea,
voluntariamente o no, una atmósfera única mediante sus formas individuales de practicar la
medicina y, como consecuencia, intenta llevar
a sus pacientes a aceptarlas». La personalidad
del médico determina el estilo de su ejercicio,
que se manifestará no sólo en las decisiones terapéuticas, sino en todos los aspectos de sus relaciones con el enfermo.
Otro aspecto importante en relación con la personalidad del médico es la angustia que crea
toda relación. Siempre que una persona tiene
que enfrentarse con algo novedoso, como es
cualquier tipo de paciente para el médico, debe sentir una cierta angustia, pero una angustia normal, creadora, lo que llaman los con
ductistas americanos una tensión o angustia de
esfuerzo.
Desde el punto de vista de la personalidad del
paciente tenemos que tener en cuenta que la
enfermedad puede ser vivida, en algunos casos, como una forma de existencia. El paciente puede tener o no deseos de curar, y esto está
en función de las ganancias secundarias, del beneficio inmediato y mediato, y además intervienen otra serie de mecanismos y factores.
Características esenciales de toda relación
médico-paciente
Cuatro son las características esenciales, aunque
se podrían enumerar algunas más:
- Confianza.
- Responsabilidad.
- Alianza.
- Competencia.
La relación médico-paciente nunca es una relación de igualdad y, además, muy frecuentemente
asíncrona, que se da en dos tiempos
vitales; y, habitualmente también disculturizada,
en el sentido de que nunca el paciente tiene
la misma cultura, la misma capacidad de
poseer conocimientos esotéricos que el médico,
incluido cuando el paciente y el médico sean
médicos; en este caso, al tratarse de un colega
enfermo no logra asumir su rol de enfermo de una manera conveniente. Hay ciertos estudios
que muestran que las personas peor tratadas
son los médicos, no por causas técnicas, sino
por motivos meramente psicológicos.
Otro aspecto importante de la relación médico
. paciente, es que en ella se van a desencadenar,
incluso desde los primeros momentos de
la relación, todas las angustias, temores y miedos
del paciente. Por eso, en un estudio ya clásico de los años 50, FREEDMAN decía que los
psiquiatras americanos hacían el diagnóstico en
los primeros 15 segundos de la entrevista, y que
-.. el resto del tiempo era para verificar lo que habían enjuiciado al principio. Esto es lo que los
europeos denominamos «ojo clínico».
Así, los primeros momentos de la entrevista y
de la relación son importantísimos, precisamente
porque el paciente va a troquelar en su mente,
va a hacer una síntesis de lo que para él
significa el médico y a quién le recuerda.
Además del marco físico también es importante
la manera en que el médico recibe al enfermo
y cómo pone término a la entrevista, que
deben impresionar y actuar psicológicamente sobre el paciente.
Asimismo, hay que tener en cuenta la forma
en que se prescriben los medicamentos de forma
que el médico impresione a sus pacientes
cuando modifica con la mayor seriedad una
prescripción dando la misma sustancia, muy a
menudo inactiva, con otro nombre. Y esto determina.
sin lugar a dudas, un mayor cumplimiento
en la toma de la medicación.
Es también interesante destacar la intensa acción
subjetiva del contacto con e! médico sobre
el estado de ánimo del paciente. Su intervención
disminuye muy rápidamente la ansiedad
de! enfermo; en ciertas ocasiones, el tratamiento
ya está hecho en ese momento, sin que sea necesario recurrir a otro acto médico.
La simple promesa a una asistencia, incluso,
provoca una mejoría aparente. Asípodemos demostrar,
de una manera evidente, la importancia
de un factor psicológico en la actividad
médica y en la relación médico-paciente.
Por eso, lo que dice el médico y, sobre todo,
la manera que elige para decirlo, puede tener,
y de hecho tiene, una enorme importancia.
La enfermedad, es decir, e! sufrimiento experimentado,
los síntomas sentidos, representan un
ataque a la personalidad del enfermo, que tiene
la posibilidad de desequilibrarla. La enfermedad
física, pues, repercute en e! plano
psicológico y antropológico. El enfermo también
reacciona a ella mediante mecanismos psicológicos,
que tienden a reequilibrar y readaptar
el organismo en su conjunto. Esto puede hacerse
sin que intervenga el médico pero, con
mucha frecuencia, el médico, además de hacer
un tratamiento científico y farmacológico
de la enfermedad, debe apreciar las consecuencias
de la enfermedad sobre el equilibrio psíquico, y luego tratar de mantener o restablecer
ese equilibrio que es indispensable para la propia
lucha contra la enfermedad. Esta actividad
no puede ser conducida a buen término, sino
en el marco de la relación.
Objetivos de la relación médico-paciente
Objetivo instrumental y prioritario: El enjuicia
miento de la realidad clínica.
Objetivos materiales: Son dos:
-
Ajustar las teorías de la enfermedad que tenía antes de conocer a ese paciente a la enfermedad concreta del mismo.
-
Curar a «ese» caso clínico.
Modelos de la relación médico-paciente
Hay varios modelos satisfactorios en la relación
médico-paciente. A continuación describiré el
más ingenioso, pero no sin antes hacer una breve
mención a otros dos, por lo que podríamos
decir que son tres los más satisfactorios:
1. El de Hollender.
2. El de Van Gebsattel.
3. El de Tatossian.
Modelo de Hollender
Distingue tres niveles de relación médico paciente,
según el criterio de actividad relativa
o pasividad tanto el médico como el enfermo.
Modelo de Van Gebsattel
A) Fase del llamado humano
B) Fase del alejamiento o la objetivación
C) Fase de la personalización
Modelo de Tatossian
Describió un modelo ingenioso, y quizás el más satisfactorio, de la relación médico-paciente. La relación entre el médico y su paciente es directa y se realiza en los niveles intelectual, afectivo consciente e inconsciente, y también utiliza el mundo imaginario, el de las fantasías. A menudo, el médico general considera la relación interpersonal como secundaria, cuando no como no médica. Si se considera la medicina según la perspectiva sociológica de un sector llamado de servicio, más especialmente de "servicio de reparación», es posible construir otro esquema que corresponde mucho mejor a las actividades del especialista.
El cliente se dirige a un especialista para hacer
reparar un objeto. La relación del experto con
el cliente no implica más que el ritual social de
la toma de contacto con explicaciones sobre lo
defectuoso del objeto, y la reparación que se
pide. El especialista tratará al órgano enfermo
como un verdadero objeto, o incluso todo el único de servicio de reparación, propio del especialista.
Debe integrar ambos modelos en S\l
práctica para poder actuar con la mayor flexibilidad
posible. Sin embargo, el médico general a veces considera el modelo interpersonal
corno secundario y, en ocasiones, no médico,
como a menudo piensa el especialista.
Todos estos modelos permiten darse cuenta de
que para llegar a comprender al enfermo en
cuanto hombre-hombre que sufre, en este caso
el médico necesita identificarse con él.
En toda relación médico-paciente se dan dos
fenómenos característicos, la transferencia y la
contratransferencia, utilizando términos psicoanalíticos,
o lo que podríamos llamar también actitudes del enfermo respecto al médico y contra actitud
del médico respecto del enfermo.
Se entiende por transferencia el desplazamiento
de un afecto, por tanto de un sentimiento,
de una persona sobre otra. El psicoanálisis dice
que este desplazamiento se realiza de una
manera inconsciente y en función de la vida pasada,
de la infancia, y las emociones vividas en
la situación actual: por ejemplo, la relación
médico-paciente es la repetición de lo que fue
vivido o imaginado en la infancia. El paciente
espera inconscientemente del médico que éste
tenga la contraactitud que corresponde a la que
le habría gustado que tuvieran sus padres o parientes.
Por regla general, sin embargo, la mayoría de las veces e! médico es identificado con un ser
potente y acogedor a la vez.
El médico también está sometido a movimientos inconscientes y vive con su paciente relaciones en conexión con una vivencia infantil que
repite de esa manera.
La amplitud y complejidad de implicaciones
que alcanzan a paciente y' médico son circunstancias móviles y cambiantes del mismo marco general en el que se produce la relación.
Aspectos que influyen en la relación
médico-paciente
Uno de los primeros aspectos que hay que tener
en cuenta es el conjunto de aspectos biológicos que se dan en el propio individuo o en
su ambiente.
También dentro de esta situación ambiental están
los problemas que plantean los usos y las
costumbres. Es curioso observar cómo todas las
formas de abordaje médico y psicoterapéutico
son muy anteriores a lo que podríamos pensar,
pues tanto la psicoterapia de apoyo, la psicoterapia
interpretativa, la familiar, etc., como la
catarsis, estaban ya institucionalizadas y funcionaban
hace miles de años, en todos los pueblos históricos que se han podido estudiar.
No debemos olvidar nunca en la relación
médico-paciente que las instituciones sanitarias
inciden como un cuchillo caliente en un tejido
social débil, primitivo, en relación con el modelo
tecnológico que avanza, y hacen cambiar
los usos y costumbres de esa comunidad.
Dentro de este marco también hay que tener en cuenta la función del sistema familiar.
y para terminar, y no por ello menos importante,
otro elemento que influye y puede modificar
la relación médico-paciente es la política
sanitaria.
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